lunes, 27 de octubre de 2008

Esto no es "Hacer Abdominales"



En el entrenamiento muscular existe la paradójica creencia de que, si se nota tensión en el pectoral estamos desarrollando el pectoral, por el contrario si la notamos en el abdomen pensamos que estamos adelgazándolo. En este artículo vamos a revisar un ejercicio muy extendido, especialmente entre principiantes, que “no es de abdominales”. Se trata de las “elevaciones de piernas rectas”.

La situación es la siguiente: queremos tonificar la zona media y, en muchas ocasiones, reducir algún centímetro. Ya hemos visto hacer este ejercicio a muchos otros en el gimnasio, incluso en la televisión, así que debe ser bueno.Nos tumbamos en el suelo o en un banco (plano o inclinado), nos sujetamos con las manos por encima de la cabeza o bajo los glúteos, y elevamos las piernas rectas simultáneamente. Inmediatamente notamos como nuestro recto abdominal se tensa, es fácilmente perceptible. La variante en un banco vertical, en el que nos apoyamos sobre los codos, es igualmente inapropiada.
Así, por nuestra obcecación en que estamos haciendo lo correcto, no nos percatamos de la tensión que también sentimos en el recto anterior del cuádriceps y, sobre todo, en el psoas-ilíaco.
Aquí es donde queríamos llegar. Este importantísimo músculo de la cadera tiene las siguientes características:
Origen. Psoas superficial en vértebras (caras laterales de la 12 torácica, y 1 a 4 ó 5 lumbares) y sus discos intervertebrales; psoas profundo en vértebras lumbares (apófisis costiformes de la 1 a 5). El ilíaco en la fosa ilíaca (y región de la espina ilíaca-inferior) y ligamentos adyacentes.
Inserción. Fémur (trocánter menor).
Funciones principales: Flexión del muslo, flexión del tronco; rotación interna (discutible, en cualquier caso menos en flexión) y posiblemente aducción (muchos autores lo citan como rotador lateral, pero también es discutible). Secundariamente inclinación lateral del tronco.
Es decir, va de las vértebras lumbares y los huesos propios de la cadera, a la pierna. Pero lo que hay que destacar es su función más importante, que es la flexión del muslo.

Ahora veamos qué ocurre con el falso protagonista de este ejercicio, el recto abdominal:
Origen. Costillas 5, 6 y 7; apéndice xifoides del esternón.
Inserción. Pubis (sínfisis púbica y expansiones laterales).
Funciones principales: Flexión del tronco hacia delante en aproximación del tórax y la pelvis.

En otras palabras: de las costillas a la cadera. Pero, ¿cuál es su función?, como todo el mundo sabe, es un potente flexor del tronco, aproximando el tórax a la cadera o viceversa. Entre sus funciones no está la flexión del muslo porque no se inserta en la pierna.

Si sabemos esto es fácil deducir que, cuando se flexionan las piernas como hemos descrito al principio de este artículo, no estamos trabajando el abdomen en el sentido tradicional de la palabra. Y sin embargo notamos tensión, sí, pero es una “tensión postural”, nuestro grupo abdominal se tensa como también lo hacen los dedos de las manos al aferrarse al banco, para mantener la postura. ¿Estamos trabajando los dedos de la mano en este ejercicio? No especialmente, de hecho nadie diría “voy a hacer manos” cuando hace todo esto.

Toda esta explicación sería anecdótica si no escondiese una verdad preocupante: cuando hacemos este ejercicio, el psoas tira fuertemente de las vértebras lumbares produciendo una tensión inadecuada. Si el ejecutante reflexiona un momento sobre las sensaciones que tiene durante su ejecución, notará que le molesta (o incluso le duele) la espalda baja. Como efecto colateral el abdomen permanecerá en contracción isométrica (“estática”) para intentar evitar la comprometida rotación de cadera, y esa tensión es la que lleva a equívoco a algunos practicantes.

La buena noticia es que existen muchas alternativas para el trabajo abdominal. Es más, con una pequeña modificación estaremos trabajando el recto del abdomen de forma mucho más segura: partiendo de la misma posición que el denostado ejercicio antes explicado, elevar las rodillas hacia los hombros, de forma que el tronco se enrolle y se levante la cadera del suelo. Las rodillas deberán permanecer flexionadas, y el impulso ha de venir del abdomen, no de las piernas.


Autor: Óscar Morán Esquerdo.

Fuente: Editorial Pila Teleña

martes, 14 de octubre de 2008

¿Cual es la mejor hora para ejercitarse?


El Huso Horario
Se refiere a las zonas en que se encuentra dividida la tierra, definida en 24 aéreas para limitar el tiempo cronométrico (en horas). En el pasado se controlaba el tiempo según la ubicación del sol aparente, así mismo, el huso horario permitió la sincronización de los relojes de una región al mismo tiempo solar medio. Todos los Husos Horarios se definen en relación al tiempo universal coordinado (TUC), centrándose sobre el meridiano de Greenwich en Londres, sin embargo, estos pueden ser irregulares por causas de las fronteras territoriales.
Y usted se preguntará, ¿y esto para qué sirve, cómo planifico mi entrenamiento? resulta que los husos horarios guardan una relación directa con el Ritmo Circadiano (del Latín circadia = alrededor del día) humano; éste permite sincronizarse con los ritmos ambientales como los ciclos de la luz y de temperatura; opera como un reloj biológico sincronizado a 24 horas/día. Este reloj interno controla una variedad de funciones bioquímicas que se llaman fluctuaciones de ciclos, incluidos el del comportamiento, el del sueño y la actividad física.
Existen evidencias donde se ha encontrado que el rendimiento físico varía durante el día asociado a los cambios que se producen en todo el cuerpo debido a las adaptaciones a nivel del sistema nervioso central (snc) y del sistema nervioso vegetativo (snv), de acuerdo al Ritmo Circadiano.
Según Platanov (1991. el rendimiento físico comienza a aumentar a partir de las 7:00 a.m. Alcanzando un nivel mayor entre las 10:00 a.m. y la 1:00 p.m., encontrando un nivel bajo entre las 2:00 p.m. y las 4:00 p.m. Luego se observa un segundo pico de aumento entre 4:00 p.m. y las 7:00 p.m. para entonces descender hasta llegar a valores más bajos.
Según este autor, podríamos planificar nuestra hora de entrenamiento para desarrollar nuestras capacidades físicas, pero debemos considerar los diferentes factores de nuestra vida diaria como los siguientes aspectos: lo lejos o cercano del sitio de entrenamiento, si estudias o trabajas según sea el caso.
Lo importante es que si pudiéramos hacer coincidir la hora de entrenamiento con la hora fisiológica idónea, alcanzaríamos el punto máximo del rendimiento físico y por tanto una respuesta óptima en la ejecución de los mismos.



Por: Sergio Mc Dowells.

Escuela De Acondicionamiento Físico YMCA.


Móvil: 0412.710 94 26.


Paginas visitadas: www.wikipedia.org/wiki/huso_horario
www.medwave.cl/atención /infantil
www.boxeomania.com
www.iltrawalking.net/entrenos/nocturnos.html